viernes, 26 de agosto de 2016

MARINOS DE SECANO

Del Viso del Marqués a Socuéllamos



Si en este siglo XXI, es complicado, a pesar de un mundo, cada vez más estrecho o global, (como a otros les gusta decir), que cualquier persona, de tierra adentro, acabe “buscándose la vida” en el mar,  imagínense la dificultad de esta circunstancia algunos siglos antes. Aun así, y ahondando en eso de “buscarse la vida”, puede ser, que hoy la gente vaya desde cualquier árido poblacho a donde sea, para ese fin, pero,  quinientos años atrás, la mayoría, se quedaba en el pequeño espacio geográfico que le vio nacer, viviendo de lo que allí había. Por lo general, el viñador, pasaba la  vida en la viña, el montero en el monte,  el marinero en el mar.

Por eso, resulta singular, que dos personajes contemporáneos del siglo XVI, que coincidieron a los órdenes de Felipe II, tuvieran sobre todo la Mancha como denominador común, uno por nacimiento y otro por aposento, y encontraran en los mares su razón de vida, contribuyendo a la grandeza de aquella Armada Española, la envidia del mundo por entonces. Y no lo hicieron de cualquier forma, ¡¡nada de eso¡¡, lo hicieron a lo grande. Ambos, Caballeros de la Orden de Santiago, llegaron a ostentar la Capitanía general de Galeras de España, aunque, con suerte desigual.



Uno nació en Socuéllamos, una localidad al Noreste de Ciudad Real, el otro, descansa  en el Palacio que mando construir en el entonces Viso del Puerto, hoy Viso del Marques, una población situada al centro sur de la misma provincia. Y como un capricho más del destino, uno de ellos, tuvo a sus órdenes en Lepanto (Galera “la Marquesa”) a un tal Miguel de Cervantes, que perdió en la lucha la movilidad de un brazo, dejándolo imposibilitado por siempre para el “oficio de la guerra”. Es de suponer que aquella batalla robó a España un soldado y le regaló un ilustre escritor, que puso la meseta manchega en el mapa del mundo, esa misma tierra, lugar común, en la vida de ambos marinos.
 

ALVARO DE BAZAN Y GUZMAN

1er. MARQUES DE SANTA CRUZ ……de Mudela

 


Nació en Granada, en 1526. Hijo de D. Álvaro de Bazán y Ana de Guzmán  familia de buena cuna. La paterna procedente  de Navarra, concretamente del Valle del Batzan, de ahí su  apellido, con la pérdida de la T, habían servido desde antiguo a la Corona Española  y obtenido buenas prebendas, lo que hizo, que su padre Álvaro de Bazán “el viejo”, pudiera comprar algunas villas como la de Santa Cruz de Múdela y el Viso del Puerto (Muradal) en Ciudad Real, desconociéndose el porqué de esas compras tan alejadas de la antigua Capital de los Omeya.

En todo caso, es evidente, que su hijo Álvaro, vivió su infancia y juventud entre esas posesiones, Granada y el mar. De muy joven, ya marchaba embarcado con su padre, Almirante de Castilla y prestigioso marino al servicio de Carlos I. Por tanto, bien apadrinado, hizo pronta carrera en  la armada española, interviniendo en numerosas acciones militares, por tal motivo  en 1554, con tan solo 28 años es nombrado Capitán General de la Armada.

LA BATALLA DE LEPANTO

En su vida de marino, anduvo en constante lucha contra berberiscos y otomanos, principalmente estos últimos, se habían convertido en el verdadero azote de Europa. Felipe II, la Roma Papal y Venecia, reunieron una verdadera flota de más de 200 galeras,  denominada Santa Liga, al mando de Juan de Austria, para enfrentarse a las tropas turcas en Lepanto, actual Golfo de Corinto (Grecia). Como hombre de confianza, Felipe II, apadrino  a D. Álvaro de Bazán frente a su hermano quien le puso al  mando de 30 galeras, colocándolas en la retaguardia, sabedor de que era un gran estratega. Y en efecto,  supo maniobrar inteligentemente conforme a las circunstancias de la batalla, que como bien es sabido se inclinó del lado de las tropas Cristianas. Cinco años después de esta batalla, a la edad de 50 años, ascendía a Capitán General de las Galeras de España. Más adelante será nombrado 1er. Marqués de Santa Cruz, por Felipe II  a quien de paso, compra la localidad de Valdepeñas, pasando a ser Señor de esta Villa, y  Señor de la villa del Viso.

Quizá sea la de Lepanto la más sonada de las intervenciones de este “marino manchego” en la historia naval española, pero no fue la única. Muchas fueron sus victorias, tanto es así, que principalmente ha pasado a la historia, por ese motivo, “nunca fue vencido”. Y Llevado quizá por éste aura de invencible, Felipe II, le encomienda la que debía ser su gran empresa, la invasión de Inglaterra.


PREPARATIVOS DE LA ARMADA INVENCIBLE

Motivos había, siendo el capital, los innumerables ataques que sufrían las embarcaciones españolas cargadas de oro, procedentes de los dominios de España en América, por parte de barcos ingleses la mayoría de las veces piratas o soldados disfrazados de estos, a las órdenes de Isabel I, quien para más odio destinaba una buena parte del botín conseguido a financiar las tropas flamencas, que luchaban contra los españoles en los Países Bajos. Era una guerra encubierta por partida doble, contra los dominios hispanos y de paso contra el Papa Pio V y el catolicismo.
IMAGEN DE FELIPE II. Palacio del Viso del Marques
 
El Marqués de Santa Cruz,  comienza a formar en Lisboa la que vino a llamarse la Armada Invencible, flota que al final no pudo comandar, al caer enfermo de tifus y morir en esa ciudad a la edad de 62 años.
De todos es sabido, que la famosa armada fracasó con estrépito, siendo las causas principales, los terribles elementos meteorológicos en que se vio inmersa y sobre todo la nefasta dirección en la estrategia que siguieron las embarcaciones, comandadas por el desmotivado, falto de carácter e inexperto Duque de Medina Sidonia, D. Alonso Pérez de Guzmán.  No son pocos, los que dicen, que con Álvaro de Bazán al mando, otra hubiera sido la suerte.



LA IMPRONTA DE ALVARO DE BAZAN

Madrid reconoce a este insigne marino con una estatua en la Plaza de la Villa. Es una figura de gran empaque, que sin embargo a tenor de los cuadros que se conservan con la imagen del Marqués, no parece hacerle justicia física ignorando principalmente la alopecia de nuestro héroe, y por lo tanto uno de sus signos característicos, que le hacen  parecerse a cualquier contemporáneo significante.










Granada, le hace su particular y pobre  homenaje con un busto en relieve de bronce y latón igualmente de un D. Alvaro desconocido, colocado sobre una pobre lapida de piedra allí donde estuvo la casa que le vio nacer, actual edificio del BBVA, y que lleva escrito “En memoria del insigne granadino Don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz y del Viso, General de la Armada, vencedor en Lepanto, Túnez, las Islas Terceras y Alta Mar.


EL PALACIO DEL VISO DEL MARQUES DE SANTA CRUZ (de Mudela)

Es sin embargo en la Mancha donde su presencia se percibe con la majestuosidad que merece nuestro protagonista. Allí en el Viso del Marques, sigue en pie el Palacio que mando construir y en el descansan sus restos y los de su segunda esposa María de Figueroa. No parece el mejor lugar para que se construyera la “vivienda! un marino, pero pensando que nuestro protagonista paraba poco en ella y sus misiones le llevaban unas veces a las bases de la armada en Cartagena, Cadíz o Lisboa y otras veces a la Corte en Madrid, tener un punto intermedio donde descansar era la mejor opción y además, no olvidemos que esas propiedades ya le vinieron por herencia, solo era cuestión de acomodarse allá donde su padre creyó oportuno comprar haciendas, quizá con la misma idea, un lugar intermedio entre el mar, Granada y Madrid.
ESTATUA ALVARO DE BAZAN Frente al Palacio del Viso

El Palacio, escoltado con una extraña, pero fidedigna estatua del Marques frente a su fachada, tiene un aspecto sobrio en su exterior. Pero el desencanto del visitante se desvanece nada más cruzar el umbral de su puerta principal. Es un edificio renacentista de innegable influencia italiana lleno principalmente de cuadros y frescos, donde preponderan referencias a las batallas que libró su dueño y alguna estatua, que hace sospechar, cierta megalomanía en aquel marino invencible y no me refiero a la que tiene realizada en el exterior que es muy posterior a las del interior.

 


El conjunto de la edificación es, sin duda, una auténtica joya urbanística de siglos atrás, perdida en la Mancha, que el actual propietario, también Marqués de Santa Cruz tiene “prestado” a la Marina Española que además de enseñarlo como museo tiene instalado el Archivo Histórico de la Armada y donde en tiempos de "Mili" muchos "enchufados", venían aquí a pasar un año sabático, en la tranquilidad del pueblo.


A cambio, la Marina debe cuidarlo y mantenerlo además de pagar una peseta a sus propietarios por el arrendamiento anual.
Pero ¡ojo¡, no vale una peseta cualquiera¡¡ tiene que ser la de 1953, aquella que era de un billete, con la imagen del propio D. Álvaro de Bazán.




DE LA VIRGEN DEL ROSARIO A LA VIRGEN DEL CARMEN


Pase una jornada entretenida visitando el pueblo y maravillándome del encanto del Palacio, que se usa también como escenario de algunas películas de época. En su capilla, luce imperial una imagen de la Virgen del Rosario, a quien se encomendaban los marinos españoles pues fue nombrada Patrona de la Armada tras la Batalla de Lepanto. Y así siguió hasta 1901 en que por Real Orden es sustituida por  la Virgen del Carmen, osea que ésta última, es todavía una advenediza en esto de los milagros a nuestra marina.



LA IGLESIA DE LA ASUNCION Y SU “LAGARTO”

Junto al edificio palaciego, se encuentra la Iglesia del pueblo, anterior en construcción al propio palacio. Era evidente que no podía dejar de visitarla.
Allí nos recibió afable y simpático Don Pedro, un jubilado de labores agrícolas que había ejercido siempre de ayudante del sacristán y allí seguía, manteniendo abierto el templo y a cambio de alguna moneda, teclea pequeñas piezas en un humilde órgano,  además de mostrar el famoso “lagarto” que contrasta entre figuras religiosas y que no es otra cosa que un cocodrilo disecado colgado de la pared, que el propio Marques trajo vivo desde alguna de sus aventuras africanas.


AL FONDO-ARRIBA A LA DCHA. "EL LAGARTO"
Sobre, quien fue el lumbrera que  tuvo
la genial idea, de colgarlo,
no pude informarme, pero allí se halla, impertérrito, cual gigante salamanquesa común, a la espera de que se pose en la pared un "insecto de su tamaño", para darle caza.
La Iglesia es de la Asunción, y la virgen que “allí vive” patrona del pueblo es sin embargo La Virgen del Valle. Recordé a mi hermana, del mismo nombre. Vivimos lejos. Era la excusa perfecta para telefonearla y así lo hice de vuelta a casa. Nos alegramos ambos, de sabernos sanos. Pena que para las demostraciones de afecto, empleemos mas cosas, que la propia  necesidad de hacerlo.

 
FRANCISCO DE MENDOZA Y VARGAS “EL INDIO”

Nació en Socuellamos, en la que era la casa de la Encomienda, probablemente en 1524. Vino al mundo siendo  un aventajado,  pues su familia, gozaba ya de los favores de los reyes desde tiempo inmemorial. 
Una de las fachadas de la casa de la ENCOMIENDA

Fue el segundo de tres hermanos y es, con permiso de Fernando de Mena, médico de cámara de Felipe II,  a mi consideración,  el más egregio personaje nacido en esta localidad, que por el contrario,  no goza, del reconocimiento debido. Por no tener, no tiene, que me conste,  ni siquiera una calle. Ha debido  entender  el alcance intelectual de la Concejalia de Cultura a lo largo del tiempo que, Pozo Viejo, Pozo Villa, Molino Quemado, Acequia, Cerramiento, Ucrania, Albania o Arménia son mejor nombre, que el de su paisano, para  nombrar  las vías de la localidad. ¡Manda narices¡. En todo caso, una calle que no estuviera en una buena zona del pueblo, no sería digna de su abolengo, por tanto, si esto no es posible, mejor seguir ignorándolo.

ANTONIO DE MENDOZA Y PACHECO
 

Su padre,  Antonio de Mendoza, era comendador de la localidad, es decir, recaudaba el diezmo de la producción a los agricultores, para pagar con estos al Rey, a la Iglesia, al Monasterio de Uclés, , al Procurador, al Letrado del pueblo y a él mismo. El buen hacer de este, además de por varios servicios diplomáticos realizados a Carlos I junto a su capacidad de negociación y diligencia, le sirvieron para que el monarca le nombrara Virrey en Méjico. Y allí se fue el progenitor, para hacer carrera en la corte, dejando a su esposa Catalina de Vargas y sus hijos, (Iñigo, Francisco y Francisca) en la Casa de la Encomienda.
 Fue Bernardino de Mendoza, adelantado en Granada, insigne marino, quien se hizo cargo de estos, en ausencia de su hermano Antonio, y los introdujo en la carrera militar. Peligrosa carrera diría yo. Tanto que en 1557,  su tío y su hermano mayor, morían en la famosa batalla de San Quintín, (Francia) de buen recuerdo para los españoles, que derrotaron al ejército francés, pero con un enorme costo en vidas humanas por ambos lados.
 
VIAJE DE IDA Y VUELTA A LAS AMERICAS

 Por entonces, Francisco ya  comandaba Galeras en el Mediterráneo, pasando igualmente a poseer con la muerte de su hermano la Encomienda de Socuéllamos, que le daba buenos réditos. Antes, había sido reclamado por su padre, quien le solicitó ayuda en el gobierno de la Nueva España, y proponerlo como su sucesor, hecho este, que no llegaría a consumarse, por decisión expresa de Felipe II, quien derogó el carácter hereditario del cargo, además de cambiar de virreinato a Antonio de Mendoza enviándolo a  Perú. Allí fallecería a los pocos meses de llegar.


Francisco, que por su estancia en las Américas ha sido bautizado como “el indio” hizo fortuna junto a su padre allende los mares y a su regreso, pasa a ser administrador de las minas de Guadalcanal, en Sevilla, oficio que había aprendido en las americanas del Potosí. Con lo ahorrado y los ingresos que seguía obteniendo, en sus nuevos menesteres, y tal como sigue siendo costumbre en su pueblo, que cuando el agricultor hace dinero, se compra un trozo más de viña, nuestro protagonista se “compro” dos trozos de Madrid, las localidades de Estremera y Valdaracete, persiguiendo el título de Marqués. En fin, que los de Socuéllamos pueden presumir, de que un antepasado suyo, puso una pica en “donde los señoritos”.

 

CAPITAN GENERAL DE GALERAS DE ESPAÑA


En 1562 muere su primo Juan Hurtado, hijo de su tío Bernardino, quien había sido Capitán General de las Galeras de España, título que pasó a su hijo y con la muerte de este,  heredó Francisco como familiar más cercano. (Así lo tenían acordado los Mendoza con la monarquía). No obstante, poco le duraría al manchego, tan destacado nombramiento. Su primera misión, es al año siguiente de conseguir el cargo. 
El rey Felipe II, le manda reunir una escuadra para marchar al puerto de Mazalquivir en Argelia, posesión española a punto de ser tomada por los turcos, y defendida a ultranza por Martín de Córdoba y su grupo de valientes. Francisco de Mendoza llegó  en su auxilio apoyado por las galeras  de Álvaro de Bazán y Andrea Doria, lo que suponía un conjunto de 4000 soldados y muchos caballeros voluntarios, que derrotaron y pusieron en huida a las huestes turcas.

La siguiente misión, sería la de recuperar el Peñón de Vélez de la Gomera (Melilla), en manos de turcos y piratas,  pero enfermo de malaria, muere  en marzo de ese mismo año. Algunos textos sitúan su muerte allí, supongo que embarcado, y otros dicen que fallece en Málaga. En fin, que no indican  donde descansan los huesos de tan insigne Ciudadrealeño, marino para más capricho del destino.

Murió sin descendencia directa, y sus posesiones se fueron perdiendo entre familias indirectas y subastas públicas. Los Mendoza, que tanto significaron a lo largo de siglos en España se fueron diluyendo. El que suscribe, tuvo una secretaria manchega sin título nobiliario, pero con ese apellido. ¿Sería por este, la enorme nobleza de su carácter?. Seguro que sí, María José.

 
LA CASA DE LA ENCOMIENDA O CASA DE LODARES

 
            En Socuéllamos, aún se mantiene firme la Casa de la Encomienda, y en su fachada además de los escudos de los Mendoza, hay una placa en piedra que orgullosa, da fe, de que allí residió el alcarreño Don Antonio de Mendoza, 1er Virrey de Méjico y 2do., del Perú.

Echo de menos, la contribución cultural del Ayuntamiento, colocando otra placa de mejor prestancia que la anterior, donde indique, que allí también  nació y vivió  su hijo, Francisco de Mendoza, Comendador de Socuéllamos, Caballero de la orden de Santiago, Protomonarca de Nueva España, Señor de Estremera y Capitán General de las Galeras de España.

Esta casa del Comendador, más antigua incluso que la monumental Iglesia de la Asunción, localizada en su frente, está situada en lo que es el casco antiguo del pueblo del que apenas quedan vestigios.. El ultimo uso estatal que se le dio, fue Cuartel de la Guardia civil  y después  y hasta hoy es conocida   como la Casa de Lodares, terratenientes de antiguo y benefactores de Socuéllamos, que la adquirieron a finales del siglo XIX en pública subasta, y quienes la han mantenido  realizando reformas a lo largo de los años, contando con la confianza de dos Socuellaminos enamorados de su historia y el buen gusto.


CON TEODULO MORALES, EN UNA DE LAS ALAS DE LA CASA CON TRABAJOS DE CARPINTERIA DE SU PADRE LUPICINIO Y UNA REPRODUCCIÓN DE A.de MENDOZA QUE EL AUTOR DEJO SIN TERMINAR.
El primero de ellos, Lupicinio Morales, virtuoso de la madera, que paso al servicio de los Señores de Lodares, para embellecer los aposentos con distintos trabajos en talla y ebanistería y posteriormente su hijo, Teódulo Morales un octogenario, dicharachero y “puesto” en los avatares históricos del edificio, en el que habita, ocupando junto a su esposa una parte de este, y al que dedica en justa correspondencia innumerables desvelos para su conservación.


PATIO QUE EN LA EPOCA DE  MENDOZA ERAN SOLO SOPORTALES AHORA CERRADOS POR VENTANALES Y OBRA
EN PRIMER PLANO RESTOS  DE LAS COLUMNAS DE ESTOS SOPORTALES. HAY MAS REPARTIDAS POR LA CASA


 



















Don Teódulo Morales, me recibió amable, sujeto a un pequeño bastón, pues la edad, tiene esas cosas, que va pasando factura. Afortunadamente, aunque su andar es “renqueante” se “apaña” bastante bien y por supuesto su lucidez es cautivadora. Se mostró complacido en enseñar la casa, las modificaciones que esta había sufrido con el tiempo, la cantidad de muebles realizados por su padre y las muchas reformas por el dirigidas,  acentuando que siempre fue su preocupación que todo lo cambiado o modificado, conservara el estilo y fuera en lo posible  de igual antigüedad a lo sustituido.
Por ello, y supongo que también por empeño de los propietarios la edificación mantiene un aspecto impecable. Su parte externa no ha cambiado desde siglos, y como es de suponer, sí que se han producido cambios en su interior, mejoras para adaptar su habitabilidad, aunque todavía se conservan los anchos muros, partes del suelo y las techumbres con grandes vigas de madera que  dieron cobijo a los Mendoza.

 
FACHADA DE LOS POSITOS
Al
DEPOSITOS EN LA PARTE DE ARRIBA
ENTRADA A LOS POSITOS DE ABAJO Y LAS BODEGAS
Al final de la visita y  a punto de salir a la calle por las portadas del patio donde se ubican los pósitos del cereal, aquellos que guardaban el diezmo recogido al pueblo y que allí siguen siglos después, no quise evitar confesarle a  D. Teódulo la envidia por el marco donde vivía; 
Es Ud., un privilegiado, viviendo dentro de la historia,  “Si estas paredes hablaran”. Me ofrecí a sustituirlo, y cuidar la casa cuando él se cansara. Me respondió desde una leve sonrisa, que los Sres., de Lodares, cuando el salga   quizá, ya no quieran más “inquilinos”. Confiemos que ese día este muy lejano, le respondí;  y  cuando llegue, ojala que  esta  propiedad caiga en manos que la mimen al menos, la mitad que ud.,


Le saque una sonrisa, al tiempo de un buen apretón de manos como despedida.


NOTA: Además de a Lupicinio y Teódulo, conocí a Nacianceno, quien hoy habita aunque ocasionalmente otro edificio de aquel Socuéllamos del siglo XVI, la llamada Casa de la Inquisición. Creerán que estuve haciendo un casting de nombres raros, les confieso que no.
NOTA: Si algún curioso o paisano o ambas cosas, desea saber más sobre Fco. de Mendoza, le aconsejo lea el libro que Francisco Javier Escudero Buendía, ha escrito sobre este personaje y de quien en parte,  me he servido para escribir al respecto.

 
 
 JULIAN MARTINEZ ARRIBASÇ
Miembro del INTERNACIONAL C.CLUB ANDERMATT
 

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